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Pocas denominaciones ejercen un temor tan intenso en lo más profundo del inconsciente inmediato como la palabra Vudú. Llegaría a asegurar que incluso los recelosos más drásticos no son capaces de adentrarse levemente en sus realidades sin sentir cierto cuidado y resquemor.
Solo los iniciados en cierto tipo de artes mágicas pueden llegar a entender la magnitud del poder que rodea a esta devoción ocultista por su naturaleza. Por lo tanto, me parecería trivial intentar profundizar desde estas líneas detalles precisos vividos en mi investigación de casi treinta años viajando por el mundo acerca del estudio de las ciencias esotéricas y la magia, donde el Vudú tuvo un espacio muy importante en mi amaestramiento, principalmente porque detrás de ella hay un culto que no siempre reconoce ciertas prácticas como parte de sus dogmas y que me merece el mayor de los respetos. Sin embargo, según nos vallamos conociendo pues la intención es profundizar a través de estos textos en el contacto personal y grupal de los seguidores y conocedores de estas erudiciones ocultas donde las redes sociales, actualmente son uno de los cauces principales para hacerlo, os comento que en posteriores artículos iremos recorriendo algunas técnicas de la magia Vudú desconocida por la mayoría de las personas que no se han acercado a los rituales reales para integrarlas a otros seguidores que vayan ampliando su conocimiento y que requieran un grado mayor de complejidad.
La magia Vudú se une con la vida y la muerte dejando espacios donde conviven juntas sus esencias. Mucho hemos oído hablar gracias a películas y series de los zombies de Hollywood, "Muertos vivientes". Pero, en realidad, no hablamos para los que se quieran iniciar en el conocimiento de una suposición sobre su existencia en base a escritores más o menos documentados con capacidades creativas para crear terror en el mundo del cine de ficción. Su realidad es incuestionable incluso por los científicos más escépticos. La historia de las religiones, la arqueología y la paleontología no se equivoca. Hay prueba de su presencia que se remonta a la historia ancestral de culturas africanas y asiáticas producto de antiguas ciencias ocultas que sus aborígenes realizaban y que motivado por la esclavitud hacia el nuevo mundo que europeos practicaron sin escrúpulos, se arraigó en ciertas tierras del denominado entonces nuevo mundo, donde el país más representativo es Haití, pero que realmente con diversas denominaciones, adoraciones y cultos combinados con el cristianismo y sus creencias sobre el infierno y las almas en pena en vida existen latentes en toda América.
¿Quién no conoce a sus muñecos y amarres?
Los hechizos del Vudú son extraordinariamente fuertes hasta el punto que se le achacan pandemias biológicas en ciertas zonas de sus entornos en venganza a grupos y tribus. Su fuerza proviene de la fe que los sacerdotes también llamados houngan (brujo) o mambo (sacerdotisas), que se dice "sirven a la loa con ambas manos", lo que significa que practica tanto la magia negra como la magia de luz (blanca). Este poder basado en su fe, es comparable con la que los cristianos utilizan para justificar la existencia del milagro o la maldición y por lo tanto de los exorcismos. En la misma medida sus detractores lo atañen a que es cosa de fraudulentos animistas ultraortodoxos, capaces de manipular mentalmente a sus seguidores y de esa manera influir en la salud y la vitalidad a través de operaciones y ritos mágicos que buscan desestabilizar (o no) el alma de sus pacientes (o víctimas).
¿Pero no podríamos decir lo mismo de todos los exorcismos realizados por distintas figuras de las iglesias judeocristianas en el mundo que creen en la posesiones satánicas?
Mi opinión sobre las cosas es no cerrarse a los asuntos paranormales pues es sinónimo de cerrarse a la existencia de cualquier divinidad, de cualquier religión o a verdades desconocidas por la ciencia en su temporalidad del conocimiento y que durante el devenir de la humanidad ha demostrado en numerosas ocasiones que la realidad de lo desconocido está por encima del conocimiento científico que se tiene en el momento en que se pone en duda. Cada uno es libre de hacer lo que desee y sienta, con la puntualización obligada, de siempre que no busque la manipulación y el daño de los demás, más, si es en su provecho por lo cual soy de la convicción de que siempre cualquier acto de manipulación mágico o esotérico terminará en su propio perjuicio.
La tradición de los cultos más radicales en Haití y Brasil respecto a este tema, asegura que los houngan y mambos del rito vudú cuentan con poderes que les otorgan la posibilidad de revivir a los muertos para transformarlos en esclavos totalmente sometidos a la voluntad del conocedor de las ciencias ocultista. Su alma es robada y manipulada para conseguir que la mente sea poseída por el dueño de su espíritu.
Pero dentro de los rituales del Vudú cuando se genera el hechizo con sangre los peligros se vuelven más contundentes y perceptibles que al utilizar otras técnicas que el culto tiene. Si el hechicero comete un error al hacer magia Vudú puede ser terrible para el oficiante y realmente no se justifica pudiendo apelar a otras técnicas de magia negra menos peligrosas salvo que haya una comunión entre los espíritus y el brujo.
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¿Quieres hacer realmente magia Vudú? ¿Quieres iniciarte en el otro lado de la línea natural de la vida?
Si te atreves a pasar el ecuador maldito en primer lugar debes entender dónde te vas a meter. La magia Vudú se basa en procesos orgánicos e inorgánicos que conducen al culto, seguimiento, sacrificio y la adoración de determinados seres de los que conviene mantenerse alejados. Seres y entidades desencarnadas a las que se adora bajo imágenes fetichistas más o menos evocadoras.
El sacrificio es parte obligada del ritual macabro que en su realidad ancestral concibe la muerte de seres humanos, adolescentes y recién nacidos. Esta realidad que aún se comenta en ciertos entornos de la parapsicología que muy seguramente se sigue practicando en secreto, ha sido sustituida hace años para el público neófito y los seguidores que no han profundizado al máximo nivel por sacrificios de terneros, vacas, gallos, perros y gatos. Pero si preguntas a los máximos houngan (hechiceros) del Vudú sobre el sacrificio humano, antes de negarlo siempre aparecerá el silencio y la mirada sentenciadora que sale del sentido más profundo del conocimiento de esta ciencia oculta.
El soplo de misterio que rodea a los rituales y hechizos del Vudú es el motivo principal de su herramienta propagandista para los que quieren sacar beneficios económicos de la atracción que hace sobre cualquier mortal su secretismo y leyenda, pero no es del agrado de los realmente seguidores del culto.
Existe una tarea de manipulación inteligente alrededor de la magia Vudú, basada en la sugestión como paso primario para alcanzar la efectividad. Para lo que quieren iniciarse entonces deben aprender algo de estas palabras recién enunciadas sobre la efectividad de los hechizos Vudú que luego podrán aplicar en su desarrollo hacia el pleno conocimiento.
Recuerda que mucho de la efectividad de la magia Vudú, y tal vez de todos los hechizos "actuales", motivados a partir de la mezcla de culturas en América Latina, se cimientan en hacerle saber a la víctima que ha sido hechizado o maldecido por medio de una carta, un email o una llamada telefónica, en los peores casos a través de la presencia del propio hechicero y sus guardianes en el domicilio en el caso de que se niegue la víctima a recibir el mensaje.
Si encuentras sal o azufre en el umbral de tu puerta, no lo dudes, son restos que prueban la intencionalidad y decisión del hechizo. Es a partir de este momento cuando empieza a jugar la magia de la sugestión, un ingrediente poderoso que los sacerdotes houngan y mambo. Su magia negra incluye la creación de zombies y la creación de "ouangas ', talismanes que albergan espíritus. La sugestión los psicólogos la conocen como el principio infalible de lo que traerá los desenlaces perturbadores en la mente del señalado. La mente humana es un terreno fértil donde se siembra cualquier miedo o fobia y la sugestión es uno de los hechizos con más poder para conseguirlo. Una vez que la mente del sujeto cae en esta primera fase el éxito del fin del conjuro está asegurado.
¿Cuál es su mecánica?
Al saber o creer que hemos sido "embrujados", el elegido sugestionado trabaja sobre esta duda en primera fase que se convertirá en la mayoría de los casos en certeza, relacionando hechos supuestamente fortuitos con las dudas inculcadas o repito, certezas si detrás hay un auténtico instruido y dominador de las artes mágicas del Vudú, de tal forma que poco a poco se irá autoconvenciendo de su realidad.
El hechicero elige a su víctima o recibe el encargo de a quién debe hacer el hechizo cuando ésta aún se encuentra con vida y le hace una visita durante la noche, según los conocimientos más puros y antiguos montando un caballo a contrapelo. Cuando llega al lugar donde se encuentra el maldecido, aspira el alma de su víctima a través de unas señales que se convierten en la llave que abre alguna puerta o ventana de la línea separadora de la vida y la muerte, y la sentencia a la soledad de separarse de su cuerpo atrayéndola por cualquier orificio de la casa o lugar donde se encuentre la víctima, a que salga y se confine en un tarro preparado para tal fin. Una vez conseguido que se consuma la primera parte del ritual, la persona designada se sumerge en el sopor que lleva a la antesala de la muerte, pero sin pasar la línea. La medicina ha confundido este estado y lo sigue confundiendo con la muerte real (catalepsia). Lo normal es que en un plazo no mayor a dos o tres días la víctima sea enterrada. Una vez realizado el sepelio por la noche se acerca al cementerio y a pie de la tumba invoca al Barón-Samedi señor de los muertos (nombre recibido en Haití, aunque recibe diferentes denominaciones dependiendo del lugar donde se realice el ritual), ya que sin su aprobación para tomar control sobre el cuerpo de uno de sus súbditos no se podrá cerrar el maleficio. Cuando el consentimiento ha sido otorgado, el hechicero pronuncia entre otras palabras la frase definitiva “duerme apaciblemente, Barón-Samedi” e inmediatamente se dirige a la tumba de su sacrificado y pronuncia la orden: A mí los muertos de las tumbas levántate y sírveme.
Como ya hemos mencionado existen ritos más complejos donde la magia Vudú es drásticamente peligrosa y la sangre y el sacrificio es parte importante del ritual. Quizá esa realidad conocida por muchos y llevada a la gran pantalla es la que ayude actualmente a un trabajo de manipulación en el subconsciente del maldecido más fácil pues ¿Quién no ha visto u oído hablar de los zombies del vudú?; una vez que la víctima conoce que está maldecido es él mismo quien comienza a relacionar asuntos casuales (como un dolor de cabeza) con los poderes del maldecidor. Y como ya hemos comentado anteriormente si una persona que conoce y vive entre estas creencias sea o no practicante o por lo menos la conoce, se le informa de su condición de "maldecido" no tardará mucho en relacionar todos los acontecimientos de su vida con esta creencia.
En definitiva tanto para vivir como para morir él Vudú se encuentra con en esta simple técnica de sugestión, pero yo te recomendaría que nunca juegues con este tema y menos moleste a un sacerdote o sacerdotisa de esta religión.
Filosóficamente hablando no hay ninguna diferencia entre estar embrujado y creerse embrujado. En ambas circunstancias el resultado es el mismo. Mejor que nunca llegues a vivirlo.
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